Alma surrealista
José María Porta Missé nació en Barcelona el 7 de junio de 1927, en el seno de una familia de empresarios y artistas. Creció como artista de la mano de su padre, el dibujante y grabador José Porta Galobart.
Sin duda alguna, el momento más importante en la vida artística de Porta Missé fue el descubrimiento del surrealismo, tras contemplar el cuadro El desnonament del moble-aliment
de Salvador Dalí. Como perfectamente le definió su gran amiga Luisa López Gasteiz, “el artista Porta Missé es un pintor surrealista porque el hombre, en cuanto a tal, también lo es”.
El surrealismo no era para él sólo una corriente artística a la que voluntariamente se unió. El surrealismo estaba por encima de su voluntad, formaba parte de su personalidad y era simplemente su forma de expresión vital.
Además de su Barcelona natal, Porta Missé se sentía muy vinculado a Palma, Madrid, Londres y Berlín, ciudades en las que residió y en las que obtuvo un notable éxito profesional. Fue un ser absolutamente libre, siempre hizo lo que quiso. Su holgada situación económica le permitió hacer una obra libre de ataduras, absolutamente honesta y sin necesidad de buscar el éxito comercial. Gracias a su extraordinaria habilidad como dibujante, dominio del color, buen gusto por la composición y, sobre todo, una sorprendente e inagotable imaginación, pudo pintar cualquier cosa que se proponía, sin límites. Su obra resulta extremadamente variada y refleja una personalidad vital y optimista. Composiciones armónicas y equilibradas. Colores vivos y elegantes que trasmiten fuerza y positividad.
Porta Missé ha sido un ser privilegiado, trabajador incansable y con una capacidad física e intelectual sorprendentes que le ha permitido seguir pintando hasta su último día de vida.
Pero, más allá de su vida artística, Porta Missé ha sido un ser humano único e irrepetible. Con una fuerte personalidad, extraordinariamente exigente, pero a la vez, amigo leal, humilde, sensible y bondadoso. Conversador brillante e incisivo, culto, inteligente y con un gran sentido del humor.
La grandeza de un ser humano es directamente proporcional al vacío que deja en su ausencia entre sus seres queridos y en el caso de Porta Missé es inmensamente grande.
Uno de sus últimos cuadros será, de nuevo, la imagen de la segunda edición de By Invitation del Círculo Ecuestre. Descansa en paz, maestro.
Todo empezó al descubrir el cuadro ‘El desnonament del moble-aliment’ de Salvador Dalí
Creó una obra libre de ataduras, del todo honesta y sin necesidad de buscar el éxito comercial